Recóndito y desconocido, encajado en el corazón del sudeste asiático y rodeado de otros destinos que tradicionalmente han gozado de mayor fama y popularidad como China, Vietnam o Tailandia. Laos es todavía un diamante en bruto de Asia en lo que al turismo internacional se refiere, pero poco a poco se ha ido puliendo para sacar a relucir todos sus encantos. ¿Te gustaría conocerlos?
Un país espiritual y respetuoso con sus costumbres
Antes incluso de salir el sol y hasta última hora de la noche, en las calles de Laos siempre encontrarás a un monje budista ataviado con su colorida túnica y su recipiente metálico colgado al hombro. El Tak Bat, la ceremonia de pedir limosna, es una costumbre muy arraigada en un país que se distingue del resto de sus vecinos por una espiritualidad mucho más acentuada. La cotidianeidad de estos rituales no deja de ser una experiencia de gran interés para los viajeros, que desde la distancia también suelen participar de la magia del momento.
Laos es un país ceremonioso, de costumbres arraigadas y orgulloso de su historia y sus tradiciones. Te darás cuenta de ello en cuanto tengas oportunidad de visitar sus mercados nocturnos, repletos de turistas y locales que devoran con ansia platos tan populares como el laap o el khao soi. Tú también tendrás la oportunidad de degustar estas delicias culinarias en Luang Prabang, la capital religiosa del país, o Pakse, la puerta de acceso a la meseta central.
Junto al aspecto gastronómico y religioso, ambos con un gran peso en la cultura laosiana, no se puede pasar por alto la riqueza natural y patrimonial del país. Se pone de manifiesto en parajes como las cascadas de Liphi, Tad Fane o Khone Phapeng, de una belleza sobrecogedora, o edificios como el antiguo Palacio Real de Luang Prabang, transformado en Museo Nacional, o las ruinas jemer a la sombra del monte Phu Kao.
Descenso hacia el sur por la región de las 4.000 islas
El río Mekong marca el curso de la vida en Laos. Centenares de pequeñas poblaciones se erigen a ambas orillas de esta serpiente de agua que atraviesa longitudinalmente el país hasta desembocar al sur de Vietnam. En Kareba hemos querido tomar como referente este símbolo de la hidrografía nacional para plantear un recorrido de norte a sur por los rincones más destacados del país.
La aventura comienza al otro lado de la frontera, en territorio tailandés, porque de esta manera las tierras del norte de Laos resultan más accesibles. Es allí donde habitan las etnias Yao, Akha y Leu. Minorías que continúan viviendo al ritmo de sus costumbres centenarias y el comercio tradicional, pero que han sabido recibir el auge del turismo con la hospitalidad propia de los laosianos.
De los inabarcables campos de arroz del norte del país avanzaremos hacia el encanto de ciudades coloniales como la de Luang Prabang. Accederemos a ella a través de las aguas del Mekong, los acantilados de roca caliza y las misteriosas cuevas de Pak Ou, excavadas en las paredes de piedra para acoger a los característicos budas erguidos de esta región del país. Y de la espiritualidad reinante en esta ciudad Patrimonio de la Humanidad pondremos rumbo al misticismo de las imponentes cascadas de Kuangsi.
La ciudad de Pakse, la meseta central laosiana y el sur, donde se abre paso una región conocida como las 4.000 islas, marcarán la etapa final de este viaje. Un agradable recorrido fluvial dará continuidad a esta ruta que cada vez se adentra más en la esencia del país. Las aldeas tradicionales del altiplano de Bolaven, las plantaciones de café, té y cardamomo a cargo de la tribu Laven y las antiguas casas coloniales de Ban Khone serán solo algunas de las paradas que compartirán protagonismo con las cascadas y las cataratas de la línea fronteriza con Camboya.
¿Por qué no conviertes tu próximo viaje en una experiencia de vida? En Kareba transformamos el turismo convencional en una oportunidad para crecer, conocer y entender. Únete a nuestro viaje por Laos y descubre los tesoros de un país en el que la espiritualidad, la sencillez y la hospitalidad constituyen la clave de una existencia plena y feliz. ¿Te animas a conocer tu lado místico en esta singular aventura a orillas del Mekong?
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