No dejes que las dudas trunquen tus ilusiones. Si alguna vez soñaste con hacer un viaje a un lugar exótico, colorido y que nada tuviera que ver con lo que has visto hasta ahora, ha llegado el momento de dar el paso. Te traemos dos destinos extraordinarios que no se pueden quedar en el cajón de las ilusiones por cumplir. La India y Etiopía, dos viajes imprescindibles en tu trayectoria aventurera. En Kareba te lo ponemos muy fácil para que pases a la acción y descubras la magia inagotable de dos países que son toda una fuente de inspiración.
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El segundo país más habitado del mundo y el territorio de las culturas ancestrales
Habrás oído todo tipo de opiniones. Y es que lo único claro acerca de los viajes a la India es que generan sentimientos contrapuestos. Desde luego, éste no es el destino más adecuado si no te gusta la multitud, el ajetreo, el ruido y el palpitar incesante de esos lugares en el mundo que parecen no dormir nunca. La India es un país de energía inagotable. Precisamente por eso es conveniente tomárselo con mucha calma.
Con sus más de 1.240 millones de habitantes, ocupa el segundo lugar en el ranking de países más poblados del planeta, superado únicamente por la República Popular China. Pero no es solamente una cuestión de cantidad sino de diversidad. En este país cohabitan multiplicidad de culturas, razas y grupos étnicos, cada uno con sus tradiciones, su historia y su lengua. No en vano, y aunque el inglés y el hindi son los idiomas oficiales a nivel nacional, en la India hay registradas más de 400 lenguas, de las que tan sólo 18 están oficialmente reconocidas.
En Etiopía el ritmo de la vida es mucho más pausado, pero la variedad étnica es aún mucho más notable si cabe. Las culturas ancestrales del Valle del Rift y del río Omo son tu pasaporte al origen de un país erigido sobre las diferencias. Diferentes religiones, diferentes lenguas, diferentes paisajes… Por aquí transitó el primer homínido erguido (Lucy, la ‘abuela’ de la Humanidad), aquí se levantaron las imponentes ciudades del imperio de Fasiledas y aquí se conservan algunas de las maravillas arquitectónicas más peculiares de África: las iglesias monolíticas de Lalibela. Conocer estos parajes es adentrarse en el corazón de un continente repleto de historia.
El Triángulo de Oro: Delhi, Agra y Jaipur
La India tiene una extensión de casi 3.300.000 km², por lo que conocerla en profundidad es prácticamente imposible durante unas vacaciones tradicionales. Pero dos semanas pueden dar mucho de sí si te organizas de la manera adecuada. Piensa que esta primera toma de contacto puede ser el preámbulo de futuros viajes. Este país tienen tanto con lo que sorprenderte que nunca tendrás la sensación de estar repitiendo la misma experiencia.
En cualquier caso, en Kareba recomendamos que en tu primera expedición al subcontinente indio visites al menos sus tres localizaciones estrella: Delhi, Agra y Jaipur. El recorrido por estas tres ciudades se conoce popularmente como el Triángulo de Oro y aunque es sólo una pequeña muestra de las mil maravillas que te esperan en la India, son tres de las visitas que hacen de este viaje una obligación.
Delhi, la capital del país, es una enorme ciudad divida por una frontera invisible: el tiempo. La capital nueva y la antigua son las dos caras de una misma moneda. Monumentos, mercados, templos… Y también cientos de motocicletas, coches y tuk – tuks zigzagueando entre perros, gatos, monos y vacas. El día a día en Delhi roza el surrealismo y eso forma parte de su encanto. A pesar de ser una ciudad con 14 millones de habitantes, la vida se articula en torno a la avenida Chandni Chowk, la calle más importante de la antigua capital. Es un buen lugar para comenzar un recorrido en el que no puede faltar la visita al Fuerte Rojo, las mezquitas de Jama Masjid y La Perla o el complejo monumental de la tumba de Humayun.
Agra no necesita presentación. Su nombre es sinónimo de Taj Mahal, una de las construcciones más hermosas del mundo. La magnificencia de este complejo monumental no eclipsa la belleza de otras visitas de interés como son El Fuerte y sus espléndidos jardines, o el bazar de Agra, sólo apto para verdaderos expertos en el arte del regateo.
El tercer vértice del Triángulo de Oro es Jaipur, la ciudad rosada. Lugares como el Fuerte Amber, el Palacio de los Vientos o el Jal Mahal forman parte de las rutas más populares en esta ciudad de trazado mucho más ordenado que el resto y dominada por el rosa, el color de la suerte. Desde aquí se puede realizar una excursión hasta el famoso Chand Baori de Abhaneri,la gran pirámide invertida empleada para recoger la mayor cantidad de agua en época de monzones.
Un recorrido por el estado independiente más antiguo de África
¿Sabías que, junto a Liberia, Etiopía fue el único país del continente africano que nunca fue colonizado? Su historia está repleta de confluencias entre las culturas del África del Norte, el África subsahariana y Oriente Medio. Pero en lo que a raíces se refiere, éstas se mantienen intactas desde tiempos remotos.
Éste es el motivo por el que Etiopía es un destino especialmente interesante desde el punto de vista antropológico. Un país que, entre su gran riqueza histórica y cultural, sorprende por los imponentes reinos de inspiración medieval que fueron construidos bajo el imperio de Fasilidas, emperador de la dinastía salomónica. A él le debemos lugares emblemáticos como Godal, la antigua capital de Abisinia, sus hermosos castillos y sus populares baños. Desde aquí se pueden recorrer los sobrecogedores paisajes que rodean el Lago Tana, las plantaciones de café, el Nilo Azul en su avance hacia Sudán y las cataratas de Tis Isat.
Éste es también el punto de partida de la denominada China Road, la carretera que conecta con Lalibela, otra de las paradas imprescindibles en este viaje. Se conoce como “La Jerusalén Negra”, apodo que debe a sus 11 iglesias monolíticas excavadas en la roca. Desde aquí salen vuelos directos hacia la legendaria ciudad de Axum, al norte del país, origen de la línea sucesoria salomónica. La Iglesia de Santa María de Sion no sólo es popular por su belleza arquitectónica sino por ser el lugar en el que, según cuenta la tradición etíope, sigue escondida el Arca de la Alianza.
Otra opción es la de explorar los fascinantes territorios hacia el sur del río Omo. Una experiencia reservada para auténticos aventureros dispuestos a sobrevolar la gran falla del Rift, avistar hipopótamos, cocodrilos y aves exóticas en el Lago Chamo o integrarse en la cultura seminómada de los pastores Tsemai, Arbore y Hamer, tres de los numerosos grupos étnicos de la zona. La civilización moderna es sólo un espejismo en algunas de las aldeas más inaccesibles del país donde tendrás la oportunidad de conocer su verdadera esencia.
Elige un destino diferente y pon a prueba tus aptitudes como viajero. Para viajar a destinos como la India o Etiopía es imprescindible llevar en el equipaje una buena dosis de paciencia, una mentalidad abierta y una gran predisposición a dejarse seducir. La magia de estos países es inagotable, pero no está hecha para entenderla sino para disfrutarla tal como se te presenta.
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