Nada de lo que hayas visto hasta ahora se parecerá a lo que vas a encontrar en Mongolia. Este país limítrofe entre la Asia oriental y la occidental ocupa un territorio con identidad propia. Único, genuino, inolvidable. Un viaje repleto de aventura que te llevará a través de las interminables dunas del desierto del Gobi hasta los campamentos nómadas de la estepa y los paisajes insólitos de una región en la que hay mucho por explorar.
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El paisaje cambiante del desierto del Gobi
Aunque Ulan Bator, la capital del país, ha experimentado un importante desarrollo en las últimas décadas, el verdadero atractivo de este país no está tanto en las zonas urbanas como en sus paisajes naturales. Es por eso que un viaje a Mongolia exige una escapada al desierto del Gobi.
Esta extensa región al sur de Mongolia colindante con China, ocupa un espacio de más de un millón de kilómetros cuadrados y está considerada como una de las zonas desérticas más grandes e importantes del mundo. No en vano, su extensión ocupa el 30% de la superficie del país y fue uno de los puntos estratégicos de la histórica Ruta de la Seda. Un camino milenario que ahora ha quedado definido por la línea de ferrocarril Transmongoliano que conecta Ulan Bator con Pekín.
Por todo ello, el Gobi es mucho más que un desierto convencional. Al menos no se parece demasiado al concepto de desierto que todos tenemos en mente. De hecho, esa imagen de grandes extensiones arenosas es sólo una parte del paisaje de esta región, en cuya orografía se distinguen al menos cinco áreas bien diferenciadas: la estepa oriental, la meseta semidesértica de Ala Shan, la estepa desértica de los Lagos del Gobi, el semidesierto de la cuenca de Zungaria y la cordillera de Tian Shan.
Esta variedad de alturas y condiciones climatológicas hace que en este extenso y solitario paisaje podamos encontrar infinidad de paisajes: desde las grandes montañas de arena que en ocasiones superan los 400 metros de altura hasta las zonas de matorral que fueran el hogar de dinosaurios y reptiles prehistóricos o las áreas de transición hacia los terrenos más fértiles del norte del país.
¿Qué son los campamentos de gers?
Si ya has hecho algunas indagaciones sobre Mongolia, probablemente hayas oído hablar de los gers. Éstas son las viviendas tradicionales de los nómadas mongoles de la estepa. Normalmente se organizan en campamentos en los que estas construcciones dan cobijo a toda una comunidad. Basta con pensar que algunas de estos refugios circulares fabricados en madera de cedro y recubiertos con lonas y fieltros pueden alojar hasta a diez personas.
Alojarte en un campamento de gers es una experiencia que no te puedes perder durante tu visita a Mongolia. A pesar de ser construcciones rudimentarias, los mongoles cuidan hasta el más mínimo detalle de la decoración de estos espacios. Al fin y al cabo, representan mucho más que un hogar. Es un pequeño santuario en mitad de la nada en el que se refugian de las temperaturas extremas tanto en el invierno como en el verano.
En los gers nunca faltan las maderas talladas y pintadas a mano, la chimenea en el centro de la estancia que se abre paso a través de una abertura en la cúpula de la yurta y el mobiliario (camas, armarios, alfombras y baúles) organizado entorno a ésta. El resultado es una auténtica casa móvil cuyo origen se remonta a la Edad Media y que, a pesar de haberse modernizado con el paso de los años, sigue conservando la esencia de lo tradicional.
Los pequeños núcleos urbanos de los pastos del norte
¿Sabías que en Mongolia un tercio de la población es nómada? Los gers forman parte del paisaje en cualquier rincón del país y en ocasiones han dado lugar a pequeños núcleos de población que van repitiendo emplazamiento en función de la época del año.
Es precisamente lo que sucede en las montañas de Khangai, al norte del país. Una obligatoria parada de transición antes de introducirse en el paisaje alpino de del Valle de Orkhon, un lugar estupendo para los amantes del senderismo. Las zonas inhóspitas empiezan a dar paso a lugares de culto como el Monasterio de Tuvkhun o el de Erdene Zuu, ya en la antigua capital del país, Khar Khor.
Avanzando hacia la zona más montañosa del país encontrarás fértiles valles surcados por ríos, galerías naturales recorriendo las entrañas de la tierra, lagos idílicos y centenarios monasterios budistas. Lugares excepcionales en los que la vida cotidiana se presenta tan ardua como gratificante.
¿Te animas a viajar a la estepa mongola?
Si estas breves pinceladas de las riquezas de Mongolia te han dejado con las ganas de atravesar el planeta para plantarte en el desierto del Gobi con tu mochila de explorador, en Kareba tenemos una interesante propuesta que hacerte. Un viaje temático organizado de 18 días de duración, diseñado para que disfrute de la naturaleza y la cultura de este país desde una perspectiva muy aventurera. Tienes una estupenda oportunidad para conocer a personas sorprendentes cuyas rutinas no se parecen en nada a las tuyas. Una experiencia de inmersión en las tradiciones y la forma de vida de un país que cambiará para siempre tu concepto de viaje organizado.
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